Los cuidados y necesidades de la piel van cambiando en función de la etapa de la vida en la que nos encontremos. En el artículo de hoy vamos a tratar algunos consejos y prevenciones para mimar la piel de un recién nacido.
¿Sabes por qué es tan importante? Entre el nacimiento y la madurez, la superficie de la piel aumenta hasta 7 veces su tamaño. Durante este proceso, las estructuras cutáneas van experimentando alteraciones anatómicas y funcionales para irse adaptando a cada período.
En los bebés, la función termoreguladora de la piel no está completamente desarrollada, pierde y absorbe agua de manera mucho más rápida, presenta menos capacidad de sintetizar melanina y mayor reactividad vascular (es decir, se enrojece o palidece más fácilmente).
- Debemos mantener la piel limpia mediante un baño completo diario. La temperatura del agua debe estar siempre entre 35 y 37 grados.
- Son preferibles los baños por inmersión antes que las duchas, y no debemos olvidar limpiar bien las zonas de pliegues, ya que en estas zonas se acumula con más facilidad la suciedad y el sudor y, por tanto, son zonas más propensas a la irritabilidad.
- Tan importante es una buena higiene en estas zonas como un correcto secado. Recuerda que el secado debe ser siempre a toques, nunca por fricción.
- Los productos recomendados para el baño son jabones suaves, es decir, de pH neutro o syndet.
- Es aconsejable el uso de hidratantes justo después de secar a toques para evitar una resecación excesiva de la piel, pero no olvides que siempre deben ser productos de higiene formulados específicamente para bebés.
Recuerda que, en los primeros meses de vida de tu bebé, no es recomendable utilizar polvos de talco o colonias, ya que pueden desencadenar alergias. Si tienes más dudas, ven a vernos a la farmacia o escríbenos un mensaje a través de las redes sociales.
