Con el paso del tiempo, y sobre todo una vez pasados los 30, la piel comienza a mostrar las evidencias del envejecimiento. Durante la juventud, la piel se muestra sana, tersa, brillante y elástica. Aun así, la contaminación, el estrés, los hábitos perjudiciales y la genética pueden ser grandes agravantes del estado y calidad de nuestra piel.
Arrugas, patas de gallo y líneas de expresión empiezan a aparecer en diferentes edades, según la predisposición y tratamiento que se haya dado a la piel durante la juventud. Lo más sano y lógico es aceptar la situación, adoptar hábitos que mejoren el estado de nuestra piel lo antes posible y añadir a nuestra rutina facial dos elementos clave para asegurar una apariencia impecable: el colágeno y el ácido hialurónico.
El colágeno
¿De qué hablamos cuándo hablamos de colágeno? Existen dos tipos de colágeno: el que encontramos de forma natural y el hidrolizado. El primero se trata de una proteína que produce nuestro cuerpo y que tiene la función de aportar elasticidad, firmeza y conformar la estructura del tejido dérmico. El hidrolizado, en cambio, se obtiene a partir de un tratamiento químico que se produce en el colágeno natural. Este es el tipo de colágeno que encontramos en suplementos y suele extraerse a partir de la gelatinización e hidrólisis de los huesos y cartílagos de animales como las vacas, los cerdos, bueyes o toros.
Su consumo ayuda a mantener las estructuras de colágeno en condiciones normales y se usa especialmente en complementos para la piel, las uñas, el pelo y las articulaciones.
El ácido hialurónico
Este compuesto también se encuentra de manera natural en el cuerpo humano, sobre todo en la piel y los cartílagos. Una de las características que lo hacen tan presente en cremas, sérums y lociones es su capacidad para atraer y retener el agua, una propiedad perfecta para mantener la elasticidad de la piel y la movilidad de las articulaciones. Además, no solo funciona como sustancia hidratante, también consigue crear un efecto regenerador del colágeno.
¿Qué pasa cuando sumamos los dos componentes?
¡El aporte simultáneo de ambos elementos ayuda a lograr un efecto mucho más notable en la hidratación, la elasticidad y aspecto de nuestra piel y se potencia la acción de ambos elementos! Científicamente se ha probado que:
- El colágeno hidrolizado regenera tejidos en los que el colágeno natural está presente.
- El consumo a largo plazo de colágeno hidrolizado reduce el dolor articular por desgaste, atenúa las evidencias del envejecimiento en la piel y previene problemas que pueden derivar en artrosis y osteoporosis.
Además de apostar por el binomio colágeno-ácido hialurónico, algunos consejos nutricionales pueden servirte de ayuda para conseguir una piel correctamente nutrida: comer todo tipo de carnes y pescados (sobre todo el atún y el salmón, y en general, los pescados azules), y regular el consumo de frutas y vegetales, esenciales para metabolizar correctamente el ácido hialurónico.
Es posible que aun consumiendo todos los nutrientes necesarios para regular los niveles de colágeno y ácido hialurónico, necesites un aporte extra que logre alcanzar el aspecto que desees en tu piel y mejore el funcionamiento de los músculos, huesos y articulaciones. Por ello, te recomendamos Age fórmula, el complemento alimenticio definitivo a base de Colágeno, Ácido hialurónico, Manganeso, Trehalosa y Xilitol. Con Age fórmula conseguirás contrarrestar las arrugas y favorecer la elasticidad, firmeza y luminosidad de la piel. Además, su aporte extra de Manganeso te ayudará a proteger las células del estrés oxidativo. Pregúntanos si tienes dudas en los comentarios o directamente en la farmacia. ¡Un frasco al día y a disfrutar!
